La inteligencia artificial en la educación ¿riesgo u oportunidad?

La aparición de la inteligencia artificial en la educación ha sido mirada como un riesgo para maestros y estudiantes, pero solo en algunas ocasiones se visualiza como una herramienta que mejora las oportunidades.

El auge se que vive alrededor del mundo con el uso de las diversas inteligencias artificiales, ha despertado una seria de temores entre los profesionales de distintas áreas debido a la creencia de que estas llegaron para reemplazar a los seres humanos. Incluso, se habla de una posible crisis laboral en el futuro debido a la desaparición de algunos empleos.

La educación no es ajena a esta problemática y sus temores se amplían a aspectos como el plagio, la no lectura o la pérdida de interés por el aprendizaje. Sin embargo, para el docente investigador de UNIMINUTO Andrés Felipe Gallego, quien aporta a las Agendas Regionales desde el componente Educación, esto hace parte de los procesos de aceptación al cambio que viven los seres humanos.

“El ser humano siempre ha tenido miedo a los cambios disruptivos que genera la tecnología. Si uno se devuelve a la primera revolución industrial, con la aparición del vapor, se creía que los campesinos y muchas de las personas se iban a quedar sin empleos y lo que hizo todo este avance tecnológico fue que aparecieron nuevas formas de emplearse, nuestros trabajos. Pasó lo mismo con las siguientes revoluciones industriales”, asegura el docente Andrés Gallego, quién está dedicado a investigar sobre este fenómeno.

Incluso dentro del campo de la educación hay ejemplos históricos propios que permiten ilustrar perfectamente esta situación, como en 1988 cuando los profesores en Estados Unidos salieron a protestar por la llegada de las calculadoras, aduciendo que estas los iban a desplazar, lo cual no ocurrió, pero sí generó que se modificara un poco la ecuación.

“La inteligencia artificial vino a hacerle caer en cuenta al maestro de que él no es el centro del conocimiento. Todavía tenemos maestros que imparten contenidos en un salón de clases parados hablando 2 horas, cuando realmente la función del maestro ahorita es generar espacios de motivación y diseñar ambientes de aprendizaje innovadores a través de todas estas tecnologías”, manifiesta el investigador Gallego.

Cambio de mentalidad

A pesar del temor generado por la inteligencia artificial, hay instituciones de educación superior como UNIMINUTO que, a través de una IA como MIA, ha articulado esta tecnología dentro de sus prácticas de enseñanza, enfocando los esfuerzos en mejorar los procesos metacognitivos y en elevar el nivel de las actividades y evaluaciones planteadas en las aulas de clase.

“Hay que mirar otro tipo de actividades que generen procesos metacognitivos y que, a partir de las mediaciones que utilicemos, estas tecnologías sean aliadas y no convertirlas en las enemigas de los maestros. Tenemos que entender que ya el tipo de actividades, de tareas y de evaluaciones deben tener un nivel diferente y acá hay una responsabilidad muy alta por parte de nosotros los maestros”, plantea el investigador Andrés Gallego, docente de la Facultad de Educación de la Rectoría Antioquia – Chocó.

El cambio de mentalidad frente a la inteligencia artificial ayuda a los docentes a verla como una aliada en el proceso académico y en una herramienta que permite reducir los tiempos de ciertas actividades sin disminuir la calidad, sino por el contrario, potenciando los resultados al articular esa información con el criterio propio de estudiantes y docentes

“La IA está facilitando unos aspectos que eran muy complejos para los investigadores. Por ejemplo, el trabajo con una revisión de literatura te podía tomar semanas y meses, ahorita con los chatbots y con los copilotos que podemos tener en las diferentes páginas como Semantic Scholar, en las que vos le das el concepto e inmediatamente te puede sacar hasta dos millones de artículos relacionados con ese concepto, todo es más rápido. Ahí ya entra el proceso que se tiene que hacer la articulación con lo que vienes escribiendo”, concluye Andrés Gallego.

• Lea también: Beneficios de la inteligencia artificial en la educación