Iniciativas educativas desde la Doctrina Social de la Iglesia: entrevista al Fundador y director general de la Academia de Líderes Católicos en Latinoamérica
José Antonio Rosas Amor.
Cientista político de profesión; experiencia en partidos y formación políticos en México y Chile. Máster en Gestión y Políticas Públicas. Con publicaciones en pensamiento político. Conferencista en diversos países.
Julio 26 de 2022
Por: Liliana Chaparro Z.
Como lo recuerda José Antonio Rosas en 2021: el papa Pablo VI lo dejó claro en Evangelii nuntiandi “El desafío es alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida”, en concordancia con el papel de la sociedad en la educación, Estamos ante un cambio de época, con varias crisis en el horizonte. “Los católicos tenemos una responsabilidad fundamental en la sociedad. Debemos constituirnos como faros de pensamiento”.
En este sentido, se plantean tres interrogantes para el maestro José Antonio, en el contexto del VII Diplomado Internacional en Doctrina Social de la Iglesia llevado a cabo en Washington D.C. entre el 23 y 30 de julio de 2022.
¿Cómo se conformó el grupo de Lideres católicos?
La academia nace en Santiago de Chile en el año 2006 en el contexto de la revolución estudiantil que surgió en Chile en esos años en donde fue evidente diría el papa Benedicto en Aparecida: una notable ausencia de líderes católicos y de voces católicas con una personalidad clara de liderazgo que condujeran los procesos de transformación social, entonces con el apoyo, el respaldo, la guía de Obispos chilenos específicamente en esa época el nuncio apostólico Monseñor Aldo Cavalli, el Cardenal Jorge Medina Estévez, el Cardenal Ricardo Ezzati es que arranca esta iniciativa que a lo que aspira es a formar jóvenes y adultos que desde una clara identidad cristiana y con la ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia transformen su realidad política, social y económica. Hoy la academia se encuentra en más de 10 países de América Latina y se tienen más de 10.000 egresados en los distintos países de 33 Diócesis de América Latina. Ya contamos con egresados en cargos de representación política y de dirigencias estudiantiles desde muy distintas opciones. Se tienen programas para jóvenes, mujeres desde ámbitos sociales, acompañamiento para políticos y en general para formar líderes católicos. “la academia busca apoyar y promover la vocación política cristiana con el cayado de la Doctrina Social”.
En este sentido, ¿cuáles son los retos actuales que deben asumir los líderes católicos en general?
Lo primero es que un líder católico debe ser fiel a su identidad, es decir, en primer lugar son cristianos y después tiene el adjetivo, trabajan en la política, en lo social, en la educación, el primer desafío es nutrir su identidad cristiana, y esta se nutre no de un credo político, ni siquiera con una serie de cursos o conocimientos, eso sería una secta nóstica, se nutre del encuentro personal y vivo con Jesús, el primer reto es tener una relación personal y viva con Cristo y de ahí la consecuencia de ese encuentro, son los resultados sociales el kerigma, es encarnar el evangelio en la realidad, y en este sentido, se debe mirar la realidad tal cual es conocerla, acercarse, tocarla, para saber encarnar el evangelio en las realidades concretas, hoy en día en América Latina y es lo que estamos viviendo en este Diplomado hay varios signos concretos de la realidad que nos toca vivir: la pobreza, los excluidos, la economía, la educación la defensa de la vida, la familia; hay tantos campos de trabajo donde se requiere la presencia de católicos que asuman un liderazgo desde el servicio.
¿Cómo se puede lograr la aplicabilidad de los aprendizajes del Diplomado Internacional en Doctrina Social de la Iglesia, en las Instituciones de Educación Superior?
El gran tema de las universidades católicas es la identidad cristiana, y esta se expresa con algunas señales muy concretas que lo ha reflexionado ODUCAL la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe, por ejemplo una pastoral viva, fuerte, con presencia al interior de la universidad, eso implica que esté insertada orgánicamente, que haya un respaldo directamente desde las autoridades universitarias, y además, la formación cristiana y antropología cristiana transversal en todas las carreras universitarias, con doctrinas científicas. La presencia viva de la iglesia en sus distintas vertientes y en sus distintos movimientos, la celebración diaria de la eucaristía, un trabajo desde la dimensión misionera de la fe de parte de los propios estudiantes.
En general, y a partir de un mensaje del papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires: “Educar es apostar al presente y al futuro, porque ofrecer conocimientos, proponer valores, despertar posibilidades e incluso compartir la propia fe, son tareas que solo pueden tener un motivo, la confianza en que esas semillas se desarrollarán y producirán fruto a su tiempo y a su manera, por eso es que educar es abrir camino a la esperanza”.