El programa de Ciencias Naturales fue seleccionado por la Universidad de Cornell en la convocatoria para Latinoamérica y El Caribe.
Con el proyecto “Birdbox: las aves de mi vecindario”, los docentes Andrés Camilo Pérez y Esperanza Sepúlveda del programa de Licenciatura en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, se convirtieron en los ganadores de una mini-beca otorgada por la Universidad de Cornell, para ayudar a proteger las aves silvestres locales y cuidar del medio ambiente.
La convocatoria, realizada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad a principios del año y dirigida hacia organizaciones y grupos en Latinoamérica y El Caribe, se trazó como propósito generar estrategias que impulsen en las comunidades de escasos recursos, por medio de las artes, la cultura y la creación, el cuidado del medio ambiente local, la ciencia participativa y reconocimiento a su diversidad geográfica.
En esta oportunidad, la propuesta presentada por los docentes en la categoría mini-becas para festivales, eventos o serie de actividades para tu comunidad, recibió el aval de la institución universitaria internacional, para empezar a trabajar con los niños y niñas entre los cinco y 12 años del Colegio Liceo Samario en la localidad de Kennedy, quienes se encuentran en un escenario de alta vulnerabilidad.
“Es la primera vez que el programa se gana y accede a una convocatoria con financiación externa, también es una de las primeras de este tipo que se dan en la Rectoría… Por ello, hay muchas expectativas ya que gracias a esta mini-beca vamos a poder llevar toda la estrategia de educación ambiental a muchos niños y niñas, junto con sus familias.
Para la población traerá grandes beneficios, y más en esta época de pandemia, ya que van a salir de la rutina y a dedicarse tiempo en familia… además, vamos a visitar algunos espacios naturales para aprender sobre las aves, su morfología, conservación e importancia del cuidado del ambiente”, destacó Pérez.
Dentro de la estrategia con la población infantil se tienen contempladas actividades de manera virtual y presencial, bajo el cuidado y acompañamiento de sus padres, en escenarios naturales como el Humedal Santa María del Lago de Bogotá, el cual cuenta con su propio observatorio de aves y más de 80 especies entre migratorias y nativas que habitan en las más de cinco hectáreas que conforman el espejo de agua.
Otra de las actividades es el evento “Vacaciones emplumadas”, que está enfocado en la educación ambiental en contextos urbanos y que plantea diversos escenarios científicos y pedagógicos para la integración de las familias mediante la participación activa en talleres, ejercicios de avistamiento, expresión artística y recreación. Acciones educativas que facilitarán la generación de actitudes y conductas responsables hacia la conservación de la avifauna, la biodiversidad y los ecosistemas.
“Esta estrategia les da una formación sobre aves, aunque somos un país rico en avifauna, no conocemos mucho a las aves de nuestro entorno, reconocerlas, ni para qué sirven los tipos de picos, patas o plumas… Este proyecto no solo consolida una estrategia de educación ambiental, sino que también aporta a los procesos de proyección social, llevando soluciones ambientales a diferentes escalas”.
El Laboratorio de Ornitología de Cornell ha sido un referente en el país en todo lo que tiene que ver con aves y principalmente en el cuidado y conservación del planeta. Por medio de su proyecto Celebra las Aves Urbanas, conecta a las personas de todas las edades en el mundo natural a través de las artes y actividades divertidas en comunidad.
“Con las mini-becas se generan oportunidades de desarrollo para los jóvenes que viven en comunidades de escasos recursos, gracias al interés, compromiso y participación de organizaciones sociales, instituciones educativas y observatorios de aves de Ecuador, Colombia, Bolivia, México, Cuba, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala”.